PRÓLOGO
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| Ricardo Fujita en plena labor (1961) | 
Estuvimos cavilando desde hace algunas semanas una interesante y merecida semblanza del primer gran dibujante nikkei peruano del siglo pasado pero debemos reconocer que por circunstancias de la vida en nuestros archivos teníamos muy poco material y/o documentación sobre Ricardo Fujita, uno de los artistas más productivos, reconocidos y respetados por las antiguas redacciones de los diarios limeños -muchos hoy desaparecidos-. Nuestra colección Ilustrada de Historia Universal publicada en "Expreso" a inicios de los 70 representa solo una milésima parte de su vasta obra, por ello nos enfrascamos en la búsqueda de otros trabajos suyos y gracias a la tecnología hemos podido ahora conocer parte de su vida y de ver y disfrutar de muchas joyas gráficas de este gran maestro del dibujo y la historieta peruana que deseamos compartir con los amigos de MUNDOCOMICS.
Reproducimos -por ello- integramente dos interesantes entrevistas que la comunidad japonesa en el Perú le realizó a uno de sus hijos más ilustres: Crónicas Nikkei y Discover Nikkei.
Martín Isla Rocha
Crónicas Nikkeis
(Viernes 26 de noviembre del 2010)
ENTREVISTA A RICARDO FUJITA KOKUBUN   
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| Ricardo Fujita Kokubun (el periodista nisei más antiguo de la comunidad)  nos ofrece una visión de buena parte de la historia del periodismo  peruano hasta llegar a nuestros días. |  | 
-¿Se inició en el dibujo desde la infancia?
A mi me gustaba mucho dibujar, desde chiquito. Mi infancia fue bastante  solitaria pues vivía con mi tío (hermano de mi papa) y mi tía. Soy el  mayor de todos los hermanos y los demás fueron naciendo posteriormente.  Ellos vivían con mis padres en otra casa cercana. A mi tío le gustaba  fumar mucho. Y a esa edad yo no se en que momento pero empecé a agarrar  los palitos que mi tío tiraba, pues fumaba mucho y como el piso era de  tierra, empecé a trazar líneas y trataba de dibujar cosas como  bicicletas, autos. 
-¿En ese tiempo cuales eran los medios de comunicación que estaban a su alcance? 
Que yo recuerde mis tíos no tenían radio. Solo eran diarios en japonés  los que se leían en casa de mis tíos durante mi niñez. Había un diario  en japonés que circulaba entre los primeros isseis, llamado Perú Jijo,  algo así. Pero que yo tenga recuerdo mas eran libro. Ellos tenían un  pasadizo en su casa y allí tenían libros. Me acuerdo de Kingu que era  uno de los más famosos. Ese era general, para hombres y mujeres, traían  novelas, dibujos, historietas. Y había Fujin kurabu, para señoras.  Después shonen kurabu que era más juvenil y yonen kurabu que era para  más niños. Claro que yo conocí yonen kurabu cuando ya crecí más y  compraban, hasta que aprendí nihongo. Yo tenía mucha curiosidad en  revisar libros y revistas.
-¿Ya había impresión a color? 
Era color por color. No es off set como ahora.
-De allí posteriormente entro al colegio… 
Entre a Lima Nikko. En el año 41 en plena guerra. Pero el gakko no se  cerro hasta el 42 creo. Claro ni-nen sei comenzó la guerra. Posterior a  la declaratoria de guerra el siguiente año estudie con una profesora que  también enseñaba en Lima Nikko. Se apellidaba Kawano. Justo en la misma  quinta donde vivían la familia Shimazaki. Esta profesora daba clases  allí para los hijos de los nihonjin. Allí fui yo con mi hermana hasta  que ya después me matricularon en una escuela “Santa Teresa” que quedaba  en la cuadra 14 de Manco Cápac. Allí estudie las primeras letras en  español.
-¿Cuándo empezó a trabajar en La Prensa? 
Al periódico entre a trabajar entre los 17 y 18 años. En La prensa en  1950, pero hacia mas de un año atrás que yo me estaba recorriendo los  otros diarios de la época: El Universal, El Comercio, había La Tarde, La  Noche, periódicos así. 
 -¿El local de La Prensa estaba en el centro de Lima? 
Claro, en el jirón de la Unión. Es un edificio de tres pisos, antiguo,  de portones grandes, altos. La Prensa quedaba en el segundo piso y con  el tiempo el tercer piso fue para Ultima Hora. O sea La prensa creo  Ultima Hora.

-¿La Prensa cerro en los 80`s? 
Si, pero esa fue la segunda vez. La primera vez fue cuando lo nacionalizo el gobierno de Velasco.
 En los 80`s se lo entregaron a Arturo Salazar Larraín en la segunda época.  
Este dilapido la plata que recibió del gobierno para reflotar el  periódico. En ese tiempo yo ya estaba trabajando en Ojo y Correo. 
 -Alguna anécdota interesante de aquella época… 
A Bayli y al hijo de Arturo Salazar (Federico Salazar) los he visto  cuando visitaba a mis amigos de La Prensa. Y los obreros y periodistas  de La Prensa estaban caliente por que en esa época lo que valía era el  dólar y a Bayli y al narigón le pagaban en dólares y al resto en intis.
 -¿Y como empezó Ultima Hora? 
Pedro Beltrán fue un hombre muy hábil, había sido Primer Ministro y le  arregló la situación a Manuel Prado. Este señor fundó Ultima Hora. Y  creó su “escuelita”. Allí estuvieron Alejandro Sakuda, Alfredo Kato y  varios niseis más y varios tusanes: Miguel Yi Carrillo, Julio Chang y  así bastantes también “del ojo”. Todas las mañanas revisaban periódicos y  comentaban. Tuvo bastante visión Beltrán y su éxito fue Ultima Hora.  Este periódico ha batido record de ventas en Perú. Más con la jerga que  creó. Rompió los esquemas del periodismo. Allí creo la jerga criolla que  empezó a salir.
 -¿Cuánto tiempo estuvo vigente la “escuelita” del sr Beltrán? 
Una década más o menos.
 -En este tema del periodismo actual ¿usted más o menos en que época ve que el periodismo se va deformando? 
Deformar, deformar bueno, yo diría que con Fujimori y Montesinos que  compraron los periódicos y todos los medios de comunicación. Claro que  hubo épocas anteriores con el gobierno de Odria y el gobierno de  Velasco.
 -Con la modernidad presente en los medios de comunicación ¿usted cree que llegue un día en que el diario ya no se lea en papel?
Yo creo que sí. Ya se esta viendo en países adelantados como en Estados  Unidos ya los medios de comunicación en papel impreso, ya se han caído.  Grandes empresas como The New York Times, The Herald han quedado  obsoletas o nulas ya que por Internet ves todo. Eso yo lo se cuando  visite a mi hija en Estados Unidos. Como no tenía los periódicos me  ponía en la computadora para que yo leyera.
 -Pero esa tendencia en Perú no se ha generalizado… 
No se ha generalizado.Creo que todavía hay para rato. Unos diez años más.


-Ahora estamos rodeados de tantos medios de comunicación: televisión por  cable, Internet, dvd`s, entre otros. ¿Nos podría contar como era en la  época en que trabajaba en el periódico? 
Cuando yo entre había lo que se llama el zincograbado. O sea para  imprimir un dibujo en blanco y negro mismo para el periódico había un  taller grande. O sea en esa placa tenía que montarse un negativo, junto  con emulsivos que marcaba la parte que no debería imprimirse, por  ejemplo las rayitas o fotografías que se tramaban, o sea los puntitos  nomás salían. Se usaban ácidos y muchas cosas más. De esa placa de zinc  sacaban otra copia y del cartón volvían a procesar para vaciarlo con  plomo, por que el plomo era más maleable. Entonces esa plancha de plomo  que era del tamaño de una hoja de periódico se montaba sobre el  cilindro. Se ajustaba y comenzaba la impresión. Un proceso largo y  costoso.
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| Genio y figura de un talentoso artista | 
-¿Habían maquinas enormes entonces para la elaboración de los diarios?
Claro. Si el taller de La Prensa era casi una manzana. El Comercio igual. 
Existían también los linotipos, que eran como las maquinas de escribir  pero que imprimía en plomo. En placas de plomo. Y se tenía que armar  hilera por hilera. Te imaginas cuanto personal ¿no? 
 -¿En ese tiempo en La Prensa cuantos trabajaban mas o menos? 
Casi cien personas. Redacción eran como veinte. Después en el taller de  fotograbado, zincograbado, correctores, fotógrafos, reporteros,  laboratorios de revelados…éramos como cien. 
Antes para color eran varias impresiones. Color por color.
 -¿O sea que había que ganarle al tiempo para que todo salga bien?
Claro. Por ejemplo me decían que la edición tenía que salir a las 12 o a  la una. Tenía que apurarme en hacer los dibujos. El periodista me traía  el caso escrito en papel. Entonces tenía que leer como fue el hecho y  hacer un boceto rápido, ya yo mismo, ya no consultaba sino de frente  veía si estaba correcto con la información: si eran dos muertos, tres  muertos, como había sido el choque, como había caído el camión y en base  a eso realizaba el dibujo.
 -¿Y como están los diarios actualmente en contenidos? 
Cada diario tiene su parte buena y su parte mala. Supuestamente El  Comercio es el más serio pero esta cargado políticamente de cosas. Han  aprovechado su momento los políticos de turno. La República más o menos.
 -¿Alguna recomendación para los nikkeis que laboran en los medios de comunicación?
Es importante que más niseis se involucren en los medios de comunicación  que creo que es una buena forma de hacer patria. No solamente es  cuestión política que es importante, sino también otros aspectos como  negocios, comercio y sobre todo la parte intelectual. Que puedan hablar  sobre nosotros, los descendientes de nihonjin y que la gente vea que  estamos participando inclusive en la política misma. Pero honestamente.
(Publicado por Rubén Kanagusuku en Crónicas Nikkei)
RICARDO FUJITA KOKUBUN: El dibujante 
 (17 de marzo del 2011)
By 
Jhohana Pujay Huete, 
Asociación Peruano Japonesa

La crónica histórica y policial en tono de historieta tiene en 
Ricardo  Fujita Kokubun a uno de sus grandes representantes. Su obra, homenajeada  en el Festival Internacional de Cómic Mundo Viñeta (realizado en octubre 2010 en Lima, Perú), es sin  duda un valioso aporte al periodismo gráfico peruano.
Corrían los años veinte cuando 
Uichi Fujita llegó al Perú acudiendo  al llamado de 
Utaro, su hermano mayor. En un bazar del Mercado Central  vendió corbatas y camisas como el primero de sus oficios. Pasados casi  diez años, y llegado el momento de formar su propia familia, Uichi pidió  oficialmente la mano de la novia que había dejado en Japón. De este  modo 
Tari Kokubun cruzaría el mar para reunirse con él. Ambos esperarían  por más de dos años al ansiado primer hijo: 
Ricardo Kazuo Fujita  Kokubun, el dibujante.
Cuando el joven matrimonio se independiza e inicia su negocio propio  se ve ante la propuesta de 
Utaro: “¿Por qué no me dejan a 
Kazuo? Ustedes  ya van a tener a otro hijo”. Estaba por nacer Taeko y con los años lo  harían cuatro niños más. Fue así como el pequeño 
Ricardo Kazuo se quedó a  vivir con sus tíos, convirtiéndose en el centro de sus vidas. Ellos  manejaban una verdulería-carbonería, mientras bappa, como cariñosamente  llamaba 
Ricardo a su tía, se hacia cargo de la verdulería, 
Utaro lo  hacia con la carbonería.
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| Redacción de La Prensa (1957) | 
Creador de imágenes 
Viviendo con ellos, a sus 6 años y sin permiso para jugar en la calle  como los otros niños del barrio, encontró en los incontables palitos de  fósforo que arrojaba su tío, por aquí y por allá tras encender sus  cigarros, el instrumento perfecto contra el aburrimiento. Cuando la  superficie arenosa del patio cedió ante la presión de aquel palito  convertido en cincel y marcó una línea y otra más y muchas más, fueron  apareciendo en el suelo figuras y, en su rostro, una gran sonrisa. Había  encontrado sin saberlo aún la gran pasión de su vida: el dibujo.
Ya en el colegio Lima Nikko (en el actual Teresa Gonzales de Fanning)  cambió los palitos de fósforos por los lápices y el suelo por las  páginas de sus cuadernos escolares, siempre llenos de creaciones que  nacían sin cesar de sus manos.
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| El libro de Juan Iida, “Festividades Nativas Peruanas” contó con las ilustraciones del dibujante peruano. | 
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| El talento de Fujita recreó las famosas crónicas policiales de su época | 
Casi a los 9 años volvió al poder de sus padres, que si bien no lo  alentaban en su afición por el dibujo tampoco le prohibían invertir en  incontables cuadernos que llenaba de figuras. Al cumplir los 15 años  abandonó el colegio, pues su padre abrió una herrería y sin poder  contratar a un operario recayó en él la función. Ayudó a su padre sin  protestar, dejó el dibujo y aprendió a utilizar la comba. Y con cada  golpe que daba el temblor que sentía en las manos le hacía temer no  poder dibujar más. “¿Aquí voy a pasar la vida?” era la pregunta que lo  acompañaba a diario causándole dolor.
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| Átomo Andes, obra inédita de Fujita, que cuenta la historia de superhéroe nacional | 
Dos años pasaron, el negocio contaba ya con dos empleados  permanentes, era la oportunidad para responder la pregunta que lo  atormentaba. Autodidacta, y sin los recursos para matricularse en la  Escuela de Bellas Artes decide visitar las redacciones de los diarios  más conocidos como La Crónica, La Prensa y El Comercio para mostrar sus  dibujos. El primer periodista que conoce, Alfonso Delboy, lo presentó a  los demás; con ellos conocería las cantinas del Parque Universitario con  sus pisos cubiertos de aserrín y sus blancas mesas de mármol.
Y aunque la vida bohemia no lo conquistó, las salidas con aquellos  hombres de prensa y sus conversaciones le enseñaron mucho sobre nuestra  realidad. Y muchos de ellos se convirtieron en sus grandes amigos como  Alfonso Grados Bertorini, Jesús Reyes, Miguel Hitotsu Ichi, Pedro  Beltrán Espantoso y Juan Rodó, entre otros.
Los días en La Prensa 
En su ir y venir por las redacciones conoce a Guillermo Gerberding,  entonces jefe de redacción de La Prensa, quien interesado en sus dibujos  le daría una oportunidad de probar su habilidad; y tras salir airoso de  aquella prueba lo contrata para trabajar en la historia de la  independencia del Perú en su 150 aniversario.
Una vez instalado en la redacción de La Prensa llega la propuesta que  le permitió probarse a sí mismo como un buen dibujante: “Oye Ricardo,  ¿puedes hacerme un dibujo? es de un hecho policial”. Se inicia entonces  su carrera de dibujante de redacción plasmando los sucesos del día,  muchos de ellos ocupando las primeras planas, sobre todo si eran casos  de crónica policial, que él hacía en forma de historieta.
Los años pasaron, acostumbrado  a las noticias de último momento y la  agitada vida de la redacción, aun cuando ya era muy tarde jamás se  negaba ante un: “Ricardo todavía no te vayas, porque ha ocurrido un…”,  quedándose hasta la madrugada, sin protestar porque siempre le gustaron  los desafíos de la inmediatez que le permitían demostrar su capacidad de  dibujante.
Aun cuando muchos años más tarde Benjamín Cisneros, jefe de  relaciones públicas de la Backus lo convocó para trabajar en el  departamento de publicidad, esto no lo alejó de su trabajo en los  diarios, revistas y demás publicaciones gráficas; continuó también  colaborando con ilustraciones para libros en español y japonés, hasta su  jubilación.
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| Fujita y parte de su inmensa obra | 
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| Originales que son verdaderas joyas para los amantes de  nuestra historieta | 
Ante la pregunta de qué ha significado la historieta en su vida,  Ricardo Fujita responde: “me ha servido para criar a mis hijos,  educarlos y estar gozando de una tranquila jubilación; pero sobre todo,  para conocer la vida humana y entender los hechos de una época, porque  la historieta tiene esa gran facilidad de llegar a niños y adultos por  igual”.
* Este artículo se publica gracias al convenio entre la Asociación  Peruano Japonesa (APJ) y el Proyecto Discover Nikkei. Artículo publicado  originalmente en la revista Kaikan Nº 50, octubre 2010 y adaptado para  Discover Nikkei. 
© 2010 Asociación Peruano Japonesa / © 2010 Foto  Fujita: Asociación Peruano Japonesa. / © 2010 Fotos de dibujos y de  archivo: Archivo personal de Ricardo Fujita Kokubun. 
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| Amigos y maestros: Bartra, Fujita y Crisóstomo | 
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| Grandes dibujantes: Javier Florez del Aguila y Ricardo Fujita Kokubun |